miércoles, 7 de enero de 2009

Bienvenido, 2009

Siento un dolor de estómago tremendo. Me pasa cuando me topo con errores de este calibre...

El célebre periódico El Faro ha cometido recientemente yerros de los más dolorosos. La cotidiana faena de conversar con mis amigos me ha nutrido de estos dos tropiezos que, por ser ortográficos, son más absurdos en un medio de comunicación.

El texto titulado “En El Mozote, la orden fue: lo que se mueva se muere” comete el primero de la lista de la vergüenza. El penúltimo párrafo dice:

Hoy, alejado de aquella buyicia de los combates, Efraín Fuentes, hace sus reflexiones sobre lo que para él significó ir a combatir:

En primer lugar, esta palabra tiene género exclusivamente masculino. En segundo lugar, muchachos, se escribe con el dígrafo ll; es decir, bullicio. Nada cuesta, si se desconoce cómo se escribe una palabra tan sencilla como esta, agarrar uno de tantos diccionarios y salir de la duda, para evitarnos esta agresión al lenguaje.

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El siguiente caso también es digno de llanto.

En la sección La Frase, de esta semana, se lee: "¿Porqué no viene a amarrarme ".

Más allá de extrañarme por este error, creo que debemos explicar más didácticamente: según el Diccionario panhispánico de dudas, porqué es un sustantivo masculino que significa ‘causa o motivo’. Se usa precedido de determinante y su plural es porqués.

Pero esa palabra no es a la que El Faro quiere referirse. El mismo diccionario, disponible en el país en muchas librerías, además de estar disponible en internet (sí, en minúscula), explica que ese porqué no debe confundirse con por qué, combinación de la preposición por y el pronombre o adjetivo interrogativo o exclamativo qué: «¿Por qué me has hecho eso?» (GaMorales Lógica [Esp. 1990]); «Aún no sé por qué razón he venido».

Para hacer más sencillo el asunto: en este caso es una pregunta, y debió escribirse por qué, separado.